SMS con contenidos similares a éste (Una botella de cava: 30€. Un cotillón de nochevieja: 60€. Un vestido de
fiesta: 120€. Que yo te felicite el año ¡no tiene precio! ¡¡¡FELIZ 2010!!!)
los hemos recibido entre el 24 de diciembre y el 1 de enero en cantidades
industriales años anteriores. Los recibíamos en los móviles y los volvíamos a
reenviar, con alegría, a toda la agenda de contactos; sin importar si era un
sms o tres mensajes; sin mirar si lo enviábamos sólo a nuestros amigos o se nos colaba algún contacto non grato.
Daba igual, todo el mundo estaba contagiado con el buen rollo de la Navidad. Y
además, ¡qué leche! “son sólo 3 mensajes
los que envío al año”. Sólo nos acordábamos de los puñeteros mensajes al
mes siguiente cuando revisabas (el que lo hacía) la factura y veía el pastizal
que se nos había ido con esos 3 mensajes. Vamos que se te quedaba cara de:
idiota, póker, pringao y demás lindezas, mientras jurabas que el año que viene
no te pillan. Y, efectivamente, al año siguiente no te pillaban, te arrollaban.
Pero llegó 2012 y los servicios de mensajería instantánea,
twitter y redes sociales, con tarifas planas realmente asequibles, con wifis
por doquier. Y esos mensajes se siguen enviando, pero ya no como un sms, sino
como un mensaje a través del servicio de mensajería. El que empiece el año y no
sepa qué es whatsapp, además de quedar “un pelín mal” en su circulo de
amistades y familiar, su factura va a ser de órdago. No quiero hacer publicidad
de esta empresa (no me dan nada, más que la prestación de la aplicación, que
bastante es) pero hay que reconocer que poder enviar mensajes, vídeos,
ubicaciones y demás coñas por la cara, pues que tiene su punto (además de un
considerable ahorro en nuestra factura telefónica). Y, además, como en 2012 nos
vamos a tener que apretar el cinturón (si es que sobrevivimos según el
calendario maya), poder recortar algunos de nuestros gastos fijos siempre viene
bien.
Quien no lo tiene que estar pasando muy bien en estos
momentos son las teleoperadoras: MoviStar, Vodafone y Orange verán con esta
caída de mensajes navideños una considerable disminución en sus arcas. Porque
por mucho que ellos digan, “grano no hace granero, pero ayuda al compañero”. Ya el año pasado se cifró aproximadamente una
reducción de un 10% en la cantidad de sms enviados en el periodo navideño. Yo
este año no he recibido ni un solo sms. Eso sí, cada vez que me conectaba a mi
red de datos, el whatsapp echaba chispas, sobre todo entre las 11:30 del 31 de
diciembre y la una de la mañana de año nuevo. Y tú, ¿cuántos sms has recibido?
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