lunes, 9 de abril de 2012

ADIÓS CD

Desde mi punto de vista, los días del CD y similares (DVD) tienen los días contados. A pesar de los incondicionales que ven con  nostalgia y con claro sentido del coleccionismo la adquisición de CD/DVD, la caída y posiblemente desaparición será una realidad en el medio plazo.

Recuerdo cuál fue el primer CD que llegó a mis manos: Tunnel of Love, de Bruce Springsteen, en las navidades de 1987. A pesar que el equipo de audio no era una gran maravilla, la calidad respecto a los formatos anteriores era alucinante. Como melómano fui adquiriendo regularmente CD (a pesar del prohibitivo precio hace más de 20 años, en torno a los 18 euros). Con los años, el problema del CD era llevarlo al coche: los radio CD tenían unos precios de infarto y la posibilidad de conectar el discman a la radio del coche no era muy buena. Con el discman la pega era que tenías que cargar con los discos en una funda y la cantidad, obviamente, era limitada. A partir del año 2003, la música digital se popularizó; y los soportes, también. A pesar de no ser un enamorado de Apple, hay que reconocer que el lanzamiento del iPod ayudó mucho para que otros fabricantes se lanzasen a la arena y sacasen cada vez más modelos y de mayor capacidad. El primero que tuve lograba alcanzar 256 MB de memoria, un Creative. Todo un logro.

Las redes P2P y la entrada de las tiendas de música digitales ayudaron a que la gente "pasase" más del donuts del CD y digitalicen sus tesauros. Yo hace más de 4 años que no me compro un CD de música. Tengo una pared llena de CD que hace meses que no me pongo a escuchar y cuando quiero una canción, simplemente compro aquella que me gusta, o tiro de Spotify. Cuánto dinero desperdiciado en discos donde sólo valen la pena un par de canciones, pero que he tenido que comprar entero.

En el coche llevo un disco duro con 500GB y donde tengo toda mi música, aproximádamente unos 35 GB, incluidos los cantajuegos de mis hijos para amenizar viajes. Aún así, al final sólo escuchas un 10%; las canciones que más te gustan.

Los vídeo clubs físicos son ya fantasmas del pasado. El que quiera ver la peli de turno puede acudir a cualquiera de los vídeo clubs online, descargarse la película durante un par de días y, ¡listo! Cada vez más se impondrá un sistema de adquisición  tipo SAS, es decir, alquilando el contenido o comprando sólo aquellas pistas que sean de nuestro agrado. En otro tipo de dispositivos, los teléfonos móviles, la adquisición de contenido (aplicaciones) varía según estándar. Mientras Apple y su appstore suelen cobrar una cantidad (reducida), los de Google y su Android optan por la gratuidad en sus aplicaciones. Ambas plataformas cuentan con cientos de miles de aplicaciones. En el otro extremo, Blackberry y Nokia&Microsoft no saben cómo sacar la cabeza con una oferta que apenas alcanza las 70.000 app.

El cliente final lo tiene facil: elegir la plataforma que más le guste, con independencia de quién tiene más app. O acaso conoces a alguien que tenga instaladas todas las app. Por lo general, muy posiblemente, RIM y Nokia cuenten con las app más populares en su catálogo. Esto me recuerda a cuando salió al mercado la Xbox y su escasa oferta de juegos respecto a la PS2. ¿Alguien se ha jugado las 14.000 referencias de Sony?

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