martes, 30 de abril de 2013

RECONVERSIÓN

Más de 6 millones de personas se preguntan hoy cómo encontrar trabajo en 2013. Pero las "cosas" no están mal, sólo son distintas, diferentes.

Cuando escuché por vez primera vez la palabra reconversión, ligada a la industria, a finales de los años 70 muchas empresas tenían que dar un giro si querían ser competitivas, si querían continuar activas en el mercado laboral. Durante años, los diferentes sectores industriales han venido trabajando de la misma forma. Pero la sociedad en su conjunto avanza; y las empresas no quedan ajenas a estos cambios. Alguien se imagina que, por ejemplo, un fabricante de colchones empleara las mismas técnicas que hace 60 años, y en lugar de usar materiales como viscoelástica o muelles usara lana; o que una carpintería realizase ventanas de hierro (no digo ya aluminio), en lugar de PVC.
De modo que en 2013 toca reinventarse. Y podemos seguir haciendo lo mismo, trabajando en nuestro mismo sector, o bien movernos a otros sectores y dar un giro.

Hace tiempo escuché esto: "Eres más valiente de lo que crees, más fuerte de lo que aparentas y más listo de lo que piensas". La frase de marras no es de ningún filósofo, sino de Christopher Robin, el amigo del oso Winnie Pooh (sí, es lo que tiene tener hijos), pero en realidad la sentencia tiene su vigencia. De hecho, mucha gente a día de hoy en el paro no se atreve a emprender porque no cree estar lo suficientemente preparado. Es miedo ante lo desconocido. Muy lícito, pero si no lo probamos jamás sabremos si esa alternativa es viable.

Si el sector donde has adquirido experiencia ahora no tiene visos de poder ofrecerte un trabajo prueba en otros, no te obceques en seguir picando la misma piedra;  sólo conseguirás desanimarte por el esfuerzo baldío. Quizá sea también un buen momento para cambiar de ciudad o tal vez de país. Lo bueno de cuando se cierra una puerta es que se abren cientos de posibilidades. Eso sí, sé siempre consciente de tus posibilidades. Tal vez sea el momento de conjugar alguna de tus aficiones con tu futuro trabajo.

Se flexible y adáptate a los cambios

lunes, 29 de abril de 2013

¿RIEGAS TU BAMBÚ?

Hace tiempo me explicaron por qué tarda tanto tiempo el bambú en crecer. Dicen que durante los primeros 6 años sólo crecen las raíces, preparándose el árbol para lo que vendrá después. Algo similar ocurre en el mundo empresarial.

Los amantes de la jardinería somos conscientes de la necesidad de ser pacientes
Para los amantes de la jardinería en general -y en particular para quienes hacen del bonsai más que una afición-, la paciencia es más que obligatoria para obtener los mejores resultados. Quién no ha plantado un día una semilla y la observa día a día para ver si brota "algo". Como he mencionado, en la técnica del bonsai -además-, la dosis de paciencia parece que es mayor pues hay que jugar con que determinadas acciones (poda, trasplantes, pinzado) se realizan, en ocasiones, una vez cada dos o tres años.

En el terreno del emprendedor, muchas veces la captación de clientes no sucede con la velocidad deseada y/o esperada. Lo principal es saber detectar un problema en tal sector y aportar una solución que, por determinados motivos, sea novedosa (quizá en 2013, una reducción de precios o bien ofrecer más servicios sean tildadas de novedad). Finalmente el negocio aparece cuando hay un problema que -por determinadas circunstancias-no ha sido resuelto de manera satisfactoria.

De modo que -y aunque en estos momentos pueda resultar difícil - lo mejor es armarse de paciencia y regar todos los días nuestro bambú (contactos, posibles clientes), ofrecer un claro valor diferencial y ser conscientes que nuestros servicios constituyen una clara inversión para nuestro público objetivo que le ayudará a prosperar e incrementar su negocio.

Tengo potenciales clientes a los que llevo regando casi un año, invirtiendo en ellos bastante tiempo y dinero. Estas raíces ya están lo suficientemente sólidas para que, dentro de muy poco, empiece a crecer hacia arriba. Tesón, paciencia y trabajo.

TE QUIERO, NO TE QUIERO, TE QUIERO,...

Como quien deshoja una margarita. Así se ha tratado -ya casi por inercia y, también, tradición- a los responsables de comunicación en la casi totalidad de las empresas. Vistas muchas veces como un gasto con dudoso ROI, el caso es que, como Santa Barbára, sólo se acuerdan de nosotros cuando truena...

En 2009, con la crisis ya metidita en bastantes más sectores que el de la construcción, las primeras partidas que se recortaban (creo que sin pensarlo mucho) era el de Marketing y Comunicación; sobre todo, el de Comunicación. Bajo escusas absurdas como "esto ya lo hará otro", "ahora tenemos otras prioridades", "no veo claro el gasto" (inversión, señores, se llama inversión), los departamentos de comunicación fueron mermando tanto en capacidad económica como en recursos humanos; y efectivamente, me consta que en muchos casos la comunicación en determinadas empresas ha quedado relegada a personas con pocas/nulas competencias en la materia. En otros casos (los mejores) lo han eliminado. Y me reafirmo en que la eliminación puede ser la mejor opción: así al menos no hacen el ridículo.

Pero como apuntaba en la entradilla, del responsable de comunicación -casi por norma- los equipos directivos de las empresas sólo se acuerdan de su existencia, como Santa Bárbara, cuando truena. Porque no deja de ser anecdótico que durante este mes se hayan puesto en contacto dos empresas para que les gestione el departamento de comunicación. Una de ellas me ha insistido mucho en que lo quiere para ya; la otra quiere que la "limpie" el nombre. ¿Común denominador? Ninguna de estas dos empresas (de sectores dispares) tiene en la actualidad un departamento de comunicación.

Lo dicho. Como el refranero español es tan sabio, sólo se acuerdan de nosotros cuando ya tienen el "problema" encima. En fin señores, que me puedan caer muchos más problemas. Buenos días.

lunes, 15 de abril de 2013

YO SUFRÍ ACOSO ESCOLAR

Cuando era niño y pasé de EGB (lo que ahora es primaria) a Bachillerato tuve que cambiar de colegio. Allí un niño dedicó una buena parte de su tiempo a acosarme y pegarme (libera el alma eso de escribir, además que no es ningún pecado). Hace 26 años, que los niños se pegaran -aun siendo un acto reprobado por el colegio- carecía de mayores consecuencias. Hoy, multas más que considerables y -lo peor de todo- la pérdida de reputación del centro. Pero, ¿por qué me pegaba ese niño?

Con mis 13 años, yo era incapaz de entender por qué un niño -al que ni conocía, ni nada le había hecho- se ensañara en hacerme la vida imposible y -en una ocasión- ponerme un ojo a la virulé. En aquella época yo era un niño que reunía bastantes características para ser "carne de cañón". Por un lado, en una clase de unos 35 alumnos (lo normal señores profesores) sólo éramos 4 alumnos los nuevos; y eso de ser "el nuevo" era un buen acicate para que el niño acosador sacara la mano a pasear con frecuencia. Por  otro lado (y aunque quienes me conozcan desde hace 20 años les extrañe), yo era una persona muy tímida y eso de ser el niño apocado invitaba a ser el centro de las burlas. ¿Por qué? Porque sabía el niño malo que nunca me revelaría. Hoy soy el polo opuesto, una persona absolutamente extrovertida (quizá a consecuencia de ese niño malo).
Además, mi físico se alejaba de cómo era un niño de 13 años a finales de los años 80. Con aquella edad yo ya rondaba el metro ochenta de alto y el profesor de gimnasia siempre me quería para los partidos de baloncesto (y eso que era como Romay: malo, malo, malo, pero a tapones nadie me ganaba); motivo por el cual el niño malo vio en mi -además- a otro competidor.
En los estudios, jamás fui un niño de sobresaliente; de hecho mi nota media en el Bachillerato fue de 7,6. Pero claro, el niño malo sacaba peores notas que yo, suspendiendo varias asignaturas. Con lo cual, más motivos para seguir con las hostilidades.
De este niño malo sólo pude saber con el tiempo que vivía en una familia medianamente marginal, desestructurada y carente de ciertas dosis de cariño.

Mi familia sólo se enteró cuando llegué a casa con el ojo morado. Durante el tiempo que duró el acoso, no me logró derribar al "encerrarme" en mis estudios y en mis amigos.  Sin embargo, hoy día, los niños con sus 4.567 amigos de Facebook y 3.847 en Tuenti (y ningún amigo real de verdad); con padres de fin de semana y una cuidadora de lunes a viernes, resulta más difícil descubrir si está siendo acosado; será más difícil descubrir los silencios, propios del niño acosado. Además, hoy los niños han descubierto un nuevo tipo de maldad: saben que hace más daño insultar y/o publicar una foto comprometida en una red social que ponerte el ojo morado.

Mi amiga Irene López Assor, experta en psicología infantil, me explicó un día cuáles son los rasgos del niño psicópata acosador:

1.Suele ser un niño al que no se le ha fomentado seguridad en si mismo.
2. No sabe poner límites a sus comportamientos.
3. Suelen recibir maltrato físico y/o psicológico en su propia familia/hogar.
4. Suelen ser etiquetados con un "no sirves para nada"; y por eso sienten la necesidad de demostrar que sí sirven y son "importantes".
5. Suelen ser líderes artificiales, buscando grupos de apoyo entre sus iguales y destacar e imponer sus normas.
6. Baja autoestima e inseguridad. Por ello buscan un reconocimiento que no obtienen en casa, sometiendo y controlando a terceros.

Están acosando a tu hijo si:

1. Detectas un cambio en su estado de animo, más sensible e irritable que de costumbre.
2. Está triste y no quiere ir al colegio, incluso llegando al lloro por las mañanas.
3. Prefiere la soledad y está más callado de lo habitual, con juegos solitarios.
4. Presenta dolor de cabeza, pesadillas nocturnas, vómitos y/o fiebre.
5. Su rendimiento escolar cae bruscamente y disminuye su interés y concentración en otras facetas.
6. Existen agresiones físicas en zonas poco comunes.




miércoles, 3 de abril de 2013

VERDE QUE TE QUIERO VERDE

Desde que empezaran a funcionar los primeros híbridos y posteriormente los 100% eléctricos, unas pocas marcas han hecho de lo "verde" su bandera. Otros, sin embargo, presumen de prestaciones de lujo y ser los embajadores de la contaminación.

Hace unos días leía en elmundo.es que Jaguar sacaba un deportivo con 550 CV (siempre pienso para qué tanto derroche si no se puede ir a más de 120 130km/h). El titular aclara que el coche podrá servir para "competir con el AVE", e intuyo que lo dice por la velocidad máxima (limitada por el fabricante a 280 km/h). También aporta el dato de las emisiones (éste sí que pone los pelos como escarpias): 270 gramos por kilómetro; o lo que es lo mismo: en un trayecto de Madrid a Sevilla (por seguir con la comparación del titular) el Jaguar deja a su paso la friolera de 143 KILOGRAMOS DE CO2.

Sería un buen momento para que los fabricantes de superdeportivos se sumaran al carro de la ecología y lanzaran coches eléctricos con cero emisiones. Entiendo que para el que se gasta más de 200.000 euros en un coche, lo que consuma el carro es secundario (o le importe tres leches). Por eso, probablemente muchos usuarios actuales de Porsche, Ferrari y similares puedan preferir  la mitad de CV a cambio de cero emisiones. Sin embargo, algo me da en la nariz que hay un matrimonio de conveniencia entre petroleras y ciertas marcas...y no interesa volver a los orígenes.