De unos años a esta parte cuando algunas empresas, potenciales clientes, me llaman y me consultan acerca de mis servicios profesionales como consultor externo en comunicación, casi siempre tengo que acabar explicando en qué consiste (básicamente) un departamento de comunicación. Muchos se creen que el ROI que les puedo aportar se traduce en llevarles a su despacho una saca de euros a fin de mes. Y, eso, no es.
Afortunadamente, esta última semana he tenido ocasión de poder explicarle a un cliente para qué sirve un director de PR. Con este cliente, llamémosle X, he estado trabajando su visibilidad a través de las redes sociales, escribiendo diariamente un post en su blog y encargándome de moverlo en diferentes grupos de interés en Linkedin. En menos de diez días se pusieron en contacto dos potenciales clientes. Avisado a mi cliente de esta "buena nueva", éste me comenta que "ya les llamaré". Tres meses después, además de no haber llamado a su presa me recrimina que "no veo claro el retorno de la inversión en comunicación". ¿Disculpe usted? Antes era un desconocido. Ahora están empezando a situarle en el cosmos y, además, le están esperando a que usted les haga una visita para ofertar sus servicios profesionales; es decir: clientes. ¿Aún no lo ve? Creo que, efectivamente, usted no necesita un PR, sino un oculista.
Caso dos: Otro cliente, mucho más modesto, me contrata para que le realice acciones de comunicación a través de su blog. Me reúno con este cliente y me intereso por sus últimos proyectos. Le propongo elaborar un Caso de Éxito, con entrevista incluida, a la dirección del último proyecto llevado a cabo y su posterior divulgación -de nuevo- en los grupos de linkedin donde estimo podré tener éxito. En menos de 24 horas el post es recomendado por varios directores del sector; incluso el propietario de la firma dedica unas líneas ensalzando la excelente profesionalidad de mi cliente y recomendando, entre sus colegas, la contratación de ésta. Recibo posteriormente correo felicitándome por la acción de comunicación.
De modo que si eres empresa y quieres contratar servicios de PR pero tu visión es similar a la del cliente X, por favor, te encomiendo a la competencia, amplia, variada y deseosa de captar nuevos clientes.
Si, por el contrario, eres consciente del valor que puede aportar a tu marca una gestión eficaz en PR y das por hecho que no apareceré con una bolsa llena de dinero, te invito a que nos pongamos en contacto.
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