lunes, 23 de enero de 2012

LA POTENCIA SIN CONTROL NO SIRVE DE NADA


Rezaba el eslogan de una conocida firma de neumáticos. Algo muy similar ocurre en el sector de la educación en España en la actualidad. Desde las direcciones de los colegios privados y concertados, todos centran sus esfuerzos en abrir bien los oídos y querer "estar a la última". Los pilares sobre los que una familia escogía uno u otro centro, hasta hace poco, eran las instalaciones, el bilingüismo y el uso de las tecnologías.
Con el primer apartado, el que tiene unas instalaciones expectaculares, intenta lucirlas a todo trapo; el que, por contra, carece de ellas, "vende" ese déficit como "colegio familiar" (lo cual es muy lícito). En el apartado del bilingüismo, TODOS son bilingües. Desde los colegios públicos hasta los privados y -como no- los concertados. Los centros empiezan a impartir determinadas asignaturas en las lenguas de Shakespeare (o la que proceda en función de su bilingüismo) y, con eso, con dar un reducido número de clases ya podemos decir que el colegio es bilingüe.
Y el último apartado, el tecnológico, no sé si es el que trae más de cabeza a los directores pero, por lo general, es donde están muy muy perdidos. Así, como todos saben que es necesario adquirir tecnología, los "ricos" se lían la manta a la cabeza a adquirir toda clase de dispositivos tecnológicos. Los menos miran mucho la pela el euro y compran en función de cuan boyante esté la caja. Pero, al final, ni unos ni otros compran con cabeza. Pocos son los que se sientan y meditan qué es lo que les hace falta. ¿En realidad es necesario que mi colegio con 800 alumnos tenga PC, o portátiles, en cada aula? ¿De qué me sirve comprar 3 pizarras digitales, si sólo lo va a usar el 20% del alumnado o se utilizará  - casi en exclusiva- para escribir.  ¿Realmente los alumnos que usen la tecnología estarán mejor preparados?
En mi modesto parecer, la adquisición de tecnología debe ser un hecho meditado y orientado a la obtención de una mayor eficiencia tanto del alumnado como del profesorado y personal no docente. Si miráis a vuestro alrededor, la práctica totalidad de los colegios asocian comprar tecnología con comprar hardware. Y al final, un portátil, una tableta o una pizarra digital no es más que un soporte que, por sí, hace más bien poco. Al portátil se le tiene que dotar de programas, de plataformas de gestión del conocimiento que permitan -efectivamente- una mayor eficiencia de todos los usuarios: de los alumnos, de los profesores, del centro y, por supuesto, de los padres. En Think&Go! hemos desarrollado una plataforma denominada study2gether, y por la cual Microsoft nos ha dado el galardón de caso de éxito a nivel mundial al certificar que, en la actualidad es la más potente del mercado. Como "especialistas" en tecnología, creemos (algún fabricante piensa como nosotros) que un portátil al final no es más que un hierro, y que si no le dotamos de contenido, de poco sirve. Que un colegio ofrezca un iPad a cada profesor, que haya un PC en cada esquina del colegio, con pizarras interactivas en cada aula no va a conseguir que los alumnos estén mejor preparados. Pero si a todos esos "hierros" les metemos una gran cantidad de conocimiento, con aplicaciones que permitan gestionar todo el know how que reside en cada colegio, qué duda cabe que los centros escolares ofrecerán un ingente valor añadido, logrando una mayor eficiencia en los procesos educativos. Los estudiantes podrán ver con vídeos interactivos en 3D cómo es la famosa mitosis y meiosis (nada de información tipo fichas de colores, modelo años 1980); podrán familiarizarse con entornos colaborativos permitiendo que, cuando lleguen al mercado laboral, cuenten con una buena base en lo que a procesos de trabajo se refiere; y que será lo que demanden las grandes compañías.

Si queremos formar líderes del siglo XXI, ofrezcamos soluciones tecnológicas del siglo XXI, dejemos atrás métodos decimonónicos. Los alumnos son nativos digitales y ellos mismos rechazarán trabajar en el colegio con pautas que son - en definitiva- anacrónicas.

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