Leyendo el libro "Artículos que dejaron huella", me llamó la atención un artículo de Mariano de Cavia, publicado en El Liberal, donde explica el desastre producido por un incendio en el Museo del Prado de Madrid, y que calcinó Las Meninas, a la Maja Desnuda, la Vestida y hasta la última escarpia. Para quienes no lo sepan, el Museo jamás se incendió. Se trata de un artículo con más de 100 años y quiso,como en la Guerra de los Mundos, que la gente se creyera que realmente se estaba incendiando y saliera a la calle, para exigir al gobierno de turno que se incrementase la seguridad y evitar un típico "¿y si...?"
Y por qué escribo esto. Pues porque hoy cuando me he levantado y me he puesto a trabajar, al iniciar el portátil he visto con temor (sí, con temor, ¡y mucho!) que mi perfil de linkedin estaba "casi" a cero. De repente, ni un contacto, ni una recomendación, ni una validación. Ha sido como si no hubiera existido antes en las redes sociales. Lo que para muchos/as sería el maná (que me borrasen la sarta de estupideces del Facebook y las fotos subidas de tono que me hizo mi ex amiga con la ropa interior a la altura de la rodilla un jueves por la noche), para mí se ha transformado en un dolor de cabeza de considerables dimensiones: una gran parte de mis clientes provienen de Linkedin; más de 700 contactos estudiados con detalle y analizados para hacer negocio...¡desaparecidos! He escrito de inmediato a Linkedin y les hellorado pedido (muy cortesmente) que me arreglen mi perfil.
El caso es que dos horas después, de repente, reaparecía en las redes sociales; y en ese lapso me ha dado por pensar...¿y si desapareciese Linkedin? ¿podríamos trabajar, relacionarnos profesionalmente, hoy, en el año 2013 sin una herramienta tan buena (y no es peloteo)?, ¿qué ganaría y qué perdería relacionándome como si estuviera en offline?
La aldea esa tan global que preconizó McLuhan se ha cumplido, y más de la mitad de mis clientes en mi primer año de vida como autónomo están a más de 500 kilómetros; y algunos de los que están por venir son del extranjero...¿Cómo podría trabajar sin Internet y sin redes sociales con todos ellos? ¿Volveríamos a trabajar sólo para los clientes de mi ciudad?
A propósito del chiste que circula (cómo no) por Internet donde se explica que unos científicos han descubierto una nueva forma de chatear en 3D: lo llaman "tomar un café"; creo que tan interesante es que las personas sigan (man)teniendo contacto físico como procurarse contacto online.
Y por qué escribo esto. Pues porque hoy cuando me he levantado y me he puesto a trabajar, al iniciar el portátil he visto con temor (sí, con temor, ¡y mucho!) que mi perfil de linkedin estaba "casi" a cero. De repente, ni un contacto, ni una recomendación, ni una validación. Ha sido como si no hubiera existido antes en las redes sociales. Lo que para muchos/as sería el maná (que me borrasen la sarta de estupideces del Facebook y las fotos subidas de tono que me hizo mi ex amiga con la ropa interior a la altura de la rodilla un jueves por la noche), para mí se ha transformado en un dolor de cabeza de considerables dimensiones: una gran parte de mis clientes provienen de Linkedin; más de 700 contactos estudiados con detalle y analizados para hacer negocio...¡desaparecidos! He escrito de inmediato a Linkedin y les he
El caso es que dos horas después, de repente, reaparecía en las redes sociales; y en ese lapso me ha dado por pensar...¿y si desapareciese Linkedin? ¿podríamos trabajar, relacionarnos profesionalmente, hoy, en el año 2013 sin una herramienta tan buena (y no es peloteo)?, ¿qué ganaría y qué perdería relacionándome como si estuviera en offline?
La aldea esa tan global que preconizó McLuhan se ha cumplido, y más de la mitad de mis clientes en mi primer año de vida como autónomo están a más de 500 kilómetros; y algunos de los que están por venir son del extranjero...¿Cómo podría trabajar sin Internet y sin redes sociales con todos ellos? ¿Volveríamos a trabajar sólo para los clientes de mi ciudad?
A propósito del chiste que circula (cómo no) por Internet donde se explica que unos científicos han descubierto una nueva forma de chatear en 3D: lo llaman "tomar un café"; creo que tan interesante es que las personas sigan (man)teniendo contacto físico como procurarse contacto online.
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