Cuando empecé a trabajar en esto del periodismo, allá por 1999 tuve la ocasión de colaborar en el suplemento Su Vivienda, editado por EL MUNDO. El último reportaje que escribí, pero que no vio la luz, versaba sobre las lámparas de rayos UVA, y que al final del pasado milenio causaba furor ponerse de color pseudo moreno en cualquier época del año.
Habrá quien se acuerde que en aquella época era de lo más normal del mundo que los usuarios de estos inventos se dieran sesiones diarias de 1 hora de duración.
El reportaje no se publicó nunca porque cuando me estaba documentando di con un fabricante que me explicó qué más hacían esas lámparas de rayos UVA. Me comentó que el origen de las lámparas de rayos UVA estaba -como no podía ser de otra manera- en la medicina. Y señalaba que estas lámparas se usaban en pacientes con afecciones en la piel, como la psoriasis, entre otras cosas. Continuaba explicando que, cuando se ponían estas lámparas sobre estos pacientes, su enfermedad poco a poco remitía, a la vez que las zonas expuestas a dichas lámparas adquirían un color..."moreno". Por supuesto, me puntualizó que los tiempos de exposición eran mínimos (creo recordar que no más de 4 minutos cada semana). Y sin embargo así fue como a alguien se le ocurrió lasiniestra idea de hacer caja sin informar de manera previa de los peligros de tan continuadas exposiciones a dichas bombillas.
Sin embargo, durante otros hechos más crueles como una guerra, paradójicamente y también por azar, sirvió para "salvar"miles de vidas.
El caso es que durante la II Guerra Mundial, un barco aliado y cargado de gas mostaza fue bombardeado mientras estaba atracado en el puerto. El veneno se esparció por el agua y muchos marineros quedaron expuestos. Dicho gas produjo una merma en el número de glóbulos blancos en la sangre. De modo que, para evitar su toxicidad, se probó con una variante: las mostazas nitrogenadas. El primer paciente mejoró radicalmente en 48 horas y en 10 días prácticamente había desaparecido la masa del linfoma. Había nacido la quimioterapia.
Habrá quien se acuerde que en aquella época era de lo más normal del mundo que los usuarios de estos inventos se dieran sesiones diarias de 1 hora de duración.
El reportaje no se publicó nunca porque cuando me estaba documentando di con un fabricante que me explicó qué más hacían esas lámparas de rayos UVA. Me comentó que el origen de las lámparas de rayos UVA estaba -como no podía ser de otra manera- en la medicina. Y señalaba que estas lámparas se usaban en pacientes con afecciones en la piel, como la psoriasis, entre otras cosas. Continuaba explicando que, cuando se ponían estas lámparas sobre estos pacientes, su enfermedad poco a poco remitía, a la vez que las zonas expuestas a dichas lámparas adquirían un color..."moreno". Por supuesto, me puntualizó que los tiempos de exposición eran mínimos (creo recordar que no más de 4 minutos cada semana). Y sin embargo así fue como a alguien se le ocurrió la
Sin embargo, durante otros hechos más crueles como una guerra, paradójicamente y también por azar, sirvió para "salvar"miles de vidas.
El caso es que durante la II Guerra Mundial, un barco aliado y cargado de gas mostaza fue bombardeado mientras estaba atracado en el puerto. El veneno se esparció por el agua y muchos marineros quedaron expuestos. Dicho gas produjo una merma en el número de glóbulos blancos en la sangre. De modo que, para evitar su toxicidad, se probó con una variante: las mostazas nitrogenadas. El primer paciente mejoró radicalmente en 48 horas y en 10 días prácticamente había desaparecido la masa del linfoma. Había nacido la quimioterapia.
Excelente el blog, lo acabo de descubrir y realmente me gustó la cantidad de temas para aprender.
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