lunes, 8 de octubre de 2012

ESTUDIA, ESTUDIA, ESTUDIA

Ayer en uno de los titulares que daba Europa Press, el presidente extremeño, José Antonio Monago, afirmaba que "de los 140.000 desempleados que hay en Extremadura, 105.000 carecen de la Educación Secundaria Obligatoria", lo que nos lleva a poner de manifiesto una vez más que debemos hacer todo lo posible para erradicar el abandono escolar.

Cuando yo tenía mis 13 añitos y estudiaba 1º de Bachillerato parecía que no había otra opción a los estudios, que sí la había... Los que ya habían manifestado su deseo de no querer estudiar los matriculaban en Formación Profesional. En aquella época -finales de los años 80- a los de FP se asociaba mucho con ideas como "este niño es un vago"; y la realidad final era que la inmensa mayoría de estos estudiantes no acababan dichos estudios. Lógico, te habían dicho que no querían estudiar y tenían más asignaturas sólo en el primer curso que en los 3 años de Bachiller.
El caso es que por equis motivos en España se fue creando de manera paulatina una generación  de    niños que, como mucho, tenían la EGB (esto ya es para nostálgicos). Aquellos niños que con su EGB se fueron a trabajar de aprendices "donde podían", con el tiempo se fueron especializándose. Muy pocos retomaron los estudios (universidad para mayores de 25) y la inmensa mayoría optó por seguir con su rutina, con sus trabajos. Hoy, esos niños tienen cerca de 40 años y por desgracia para muchos, la crisis, el paro, afecta a universitarios y a estudios inferiores por igual. La diferencia es que mientras la Universidad, además de proveerte de un título -a priori sin valor-, te ofrece la posibilidad de abrirte la mente aún más, analizar el pasado para así entender el presente y actuar en consecuencia en el futuro (emprender); quedarte con estudios de Educación Primaria y ESO (como mucho), te aporta un estándar de excelencia profesional realmente bajo. Creo que por desgracia no me equivocaré si presagio que esos 105.000 desempleados de Extremadura, si son mayores de 45 años, les costará años encontrar un trabajo. Y les costará porque vivimos en un mundo donde en la actualidad todo el mundo busca "lo mejor"; hasta para tomarse una cerveza se busca un bar donde te la sirvan con profesionalidad. Todo se ha profesionalizado. Y donde esperas no ya sólo 33 centilitros de la bebida de malta. Sino que te la ofrezcan con unos elevados estándares de calidad. Y quizá, si vas con unos amigos que son de Italia, o de Francia, el camarero que te atienda quieres que lo haga en la lengua de tus invitados.

Ahora lo que toca es mirar al pasado y analizar las consecuencias que pueden tener en el futuro. Hace meses anuncié que cada alumno que abandonaba el colegio, ese fracaso escolar, se cifraba en cerca de 1 millón de euros. Y no es sólo el dinero que tienen que cobrar mientras se está en el paro (al final eso es pecata minuta). Es todo el ingente lucro cesante en el que se ve envuelto el estado, con menos contribuyentes disponibles para llenar la hucha y mantener el lujo asiático un estado de bienestar que ahora empieza a tambalearse. Porque, al menos hasta ahora, cuando ese parado iba al médico, gozaba de asistencia médica; y cuando sus hijos estaban en edad escolar, podían acudir a un colegio público completamente gratuito. Ya veremos qué pasa...

De modo que si queremos vivir como hasta ahora, debemos poner todo nuestro empeño en que nuestros hijos estén a la cabeza no de Europa en conocimientos, sino a la cabeza del mundo.  Porque ya no es que no sepan quién escribió el Libro del Buen Amor; sino que no entienden lo que leen. Sin esta capacidad...¿cómo van a ser capaces de comprender cualquier materia? Y, por supuesto, que tanto la iniciativa privada como la pública haga todo lo posible por retener el talento que genera España en cualquier disciplina. Música, Física, Medicina, etc.
Muchas cosas tengo que agradecerles a mis padres. Una de ellas, cuando tenía esos 13 años y no paraban de decirme "estudia, estudia, estudia". Gracias.

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