jueves, 16 de mayo de 2013

¿ESTÁ TU NEGOCIO PREPARADO? WEB, APP Y REDES SOCIALES

A finales de los años 90, con el Boom de Internet se decía (decíamos, los periodistas) que una empresa tenía que disponer -sí o sí- de una página web, concebida como una gran tarjeta de visita para un mundo que -efectivamente, como predijo McLuhan- tendía a ser global; y donde los clientes ya no eran ni del barrio, ni de la ciudad, ni de la comarca. Nuestros productos y servicios ahora eran susceptibles de ser adquiridos desde cualquier rincón del planeta. Era el momento de tener una página web. Pero, ¿y hoy?

Y esto lo entendió una gran cantidad de jefazos al pie de la letra. Prácticamente de la noche a la mañana muchas empresas, desde la más pequeña hasta la gran cuenta, empezaron a gestionarse su página web. Aquí bien es cierto que surgieron dudas: las pequeñas empresas no veían claro que si antes tenían pocos clientes que viniesen de otras ciudades, ¿por qué les iban a comprar desde otro país? Las grandes empresas, en este sentido, tenían la idea más digerida y veían claro el ROI; pero, como gran empresa, las decisiones se  aplazaban una y otra vez, tiempos muerto que algunos"avispados" aprovecharon para registrar dominios y venderlos posteriormente a sus legítimos propietarios. Fue tal la eclosión del fenómeno Internet que en la revista PC World- donde trabajaba- había una sección denominada Internet y cuyo cometido era el de informar de las nuevas páginas web (como churros, de verdad) que se registraban cada día. Muchas de ellas hoy ya ni funcionan, caso de Infonieve.com, que contrató en su estreno como maestro de ceremonias a Paquito Fernández Ochoa; o andaluzes.com, que -como era de esperar-está a la venta (el dominio).
En otros casos, como la avaricia rompe el saco, es lo que les paso a los de Boo.com, que podían haber vendido su empresa de venta de ropa deportiva por Internet (como lo oyes) por una millonada y acabó siendo la primera quiebra de una puntocom.

De todas estas experiencias mucha gente salió escaldada, mientras comprobaban que la página web -como tal- era poco rentable y habría que darle algún aliciente para ganar clientes.

Con los años, los hábitos de utilizar Internet han ido cambiando debido al soporte. Del sobremesa/portátil se ha pasado al teléfono tipo smartphone y tabletas. De entrada, algo tan importante como adecuar el contenido al "marco". Quien haya trabajado con aplicaciones tipo Indesign sabe lo importante que es dicho concepto al enmarcar una imagen. ¿Cómo es posible que siga habiendo a día de hoy muchas (muchas, muchas) páginas web no optimizadas para estos dispositivos; sobre todo cuando la inmensa mayoría de los gurús y mentes pensantes en TIC (no yo) dicen que un elevado porcentaje del tráfico en Internet  -en torno al 70%-se realiza desde este tipo de dispositivos. Pocas cosas hay tan molestas como acceder desde las 4 pulgadas de un teléfono y no disponer de la información adecuada a ese marco.
Teniendo en cuenta que ya no es una idea caprichosa de cuatro pirados de la tecnología -lo de acceder a Internet desde el móvil/tableta- lo correcto serían páginas web optimizadas y, sobre todo, que las empresas desarrollaran app. Mediante una app, los usuarios pueden acceder de forma más sencilla e intuitiva a las operaciones básicas. Lo que se conoce como experiencia de usuario, y que aporta un alto grado de satisfacción, al lograr que cada individuo acceda a la web de la empresa, efectúe sus gestiones y -sobre todo- sin complicaciones.

Por último, en la actualidad, las redes sociales juegan un papel fundamental. Tu empresa tiene página web, has invertido (repita conmigo: inversión, nunca gasto) en desarrollar una app para dispositivos móviles y ahora tienes que llegar a tus clientes de manera efectiva. Bajo mi punto de vista aquí es donde una gran cantidad de empresas tropiezan de manera sistemática. Una gran cantidad de empresas conciben la comunicación 2.0 con abrir un perfil en Facebook (ejem); otras con que todos sus empleados tuiteen desde sus cuentas personales las noticias que genera su empresa (ejem, ejem); y otras que añaden a sus redes sociales a todos los que les agregan, sin parar a pensar si les aporta mucho o poco.

Selectivo
Cuando se inicia una campaña de comunicación es importante saber quién tienes a tu lado, quién te sigue, quién te apoya. Desde hace algo más de un año recibo demasiadas invitaciones a conectarme en linkedin con gente que no conozco. De entrada siempre miro su perfil. Si considero que ocupan puestos que estime interesantes tanto para mis negocios como para mi enriquecimiento intelectual, suelo aceptarles; aunque siempre suelo enviar un correo -agradeciendo de antemano que se hayan fijado en mi perfil- y para que me expliquen cómo podremos hacer negocio en el futuro (que de eso se trata Linkedin). Mucha gente que ha recibido esta carta  no suele sorprenderse y la inmensa mayoría me contesta exponiendo sus razones. Si son convincentes, tendré un contacto más; si no me cuadra o no responden, los borro. No tengo ninguna intención de disponer de millares de contactos con los que no voy a poder sacar nada en limpio. Si te dedicas al sector sanitario, ¿realmente te va a resultar muy beneficioso tener un contacto que es aparejador y que no conocías anteriormente de nada?

Redes diferentes
Una comunicación 2.0 no consiste en enviar el mismo mensaje en facebook, linkedin y twitter. De entrada, muy posiblemente, tu empresa no tenga razón de contar con perfiles en las tres principales redes sociales. Piensa detenidamente dónde tienes que estar, y dónde no. De las tres redes, quizá Facebook sea la que se oriente más al ¿entretenimiento? Particularmente me gusta la definición que hace mi amigo Manuel Navarro que la califica como el patio de las porteras.
Linkedin es la red social profesional por antonomasia (lo siento Viadeo) y Twitter se caracteriza por la rapidez e inmediatez. A sus capados 140 caracteres (para recordanos que su germen fue el SMS) se le une que su potencial es poder escribir y compartir información desde cualquier lugar del planeta, mejor desde un teléfono que un portátil; enlazar con una noticia de un medio de comunicación o bien de este blog.
El último en llegar ha sido about.me. Esta en especial me encanta porque es un bonito paraguas donde cada cual puede recopilar todas sus redes en una. Pruébala, es fantástica.

Ya tienes tus perfiles abiertos en las redes sociales. ¡Qué guay! ¿Y ahora qué? ¿Qué publicamos? ¿Con qué lo llenamos? Tu empresa vende productos y/o servicios: anúncialos, escribe cuando tengas alguna oferta especial. Lo puedes hacer a pelo, o bien mediante un blog, que te quedará infinitamente más elegante. Además, la gente (que no es tonta) luego suele memorizar sí, por mucho que te cueste creerlo, tenemos memoria el nombre de tu blog.

En mi opinión, contar con una página web vistosa, sin estridencias, clara..; con una app para que tus clientes puedan interactuar contigo de manera efectiva desde cualquier lugar; y con una red social creada de manera inteligente, seguramente te permitirá ganar bastantes clientes. Y tú, ¿sabes gestionar eficientemente tus contactos?

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