Me acaba de llamar un amigo periodista. Como sabe que soy un gran aficionado a la buena música, la buena de verdad, me comenta que a finales de julio, dentro del show Músicos en la Naturaleza, actúa la mítica e inigualable banda Deep Purple. Para quien no lo sepa...Deep Purple cuenta en su haber con el privilegio de haber editado uno de los discos más valorados de la historia: Made in Japan. Si te gusta la psicodelia y la música rock de los años 70,es un "imprescindible"; en caso contrario...
Y hete aquí que mi amigo Castillo me dibuja un plan fantástico: "Vete -Santi- con tu chica a Gredos, disfruta de su gastronomía y de su paisaje; y por la tarde, un gran concierto. Tu mujer te recordará de por vida que la hayas llevado a un concierto de esta categoría". Eduardo, querido amigo: gracias. Efectivamente ella me lo recordará, de por vida (te lo aseguro); pero no por la oportunidad de ver en directo a una gran banda, sino por llevarla al lugar más frío de España a escuchar a un grupo con el que ni siente ni padece.
Permíteme pues que te aclare sus gustos musicales. Creo que el último concierto al que acudió ella fue de Miguel Bosé (¡Bong!) y que mi último fue el de John Fogerty (Credence, vamos...); y el anterior de ella el organizado por Cadena 100; el mío..¡¡.Los Eagles!! Como ves, gustos dispares. A ella le gustan conciertos modelo Osito de peluche, mientras que a un servidor le pirra el rock clásico. Mi anterior, que recuerde, fue el de Riders on the Storm; o lo que es lo mismo: Ray Manzarek y Krieger, la mitad de The Doors. Me llevé un gran recuerdo con mi hermano, unas buenas fotos y una pua de mano de Robby Krieger o era ¡¡Freddy Krueger!!
Bueno, que me despisto... El caso es que cuando le he comentado a mi santa la posibilidad de ir al concierto nos hemos tronchado de risa. Os explicamos por qué.
De entrada, para ir a esa zona de Gredos (que ya conocemos) mi mujer tendría que ir con pantalones de pana, camisa de felpa, jersey de cuello vuelto,el plumas, manoplas y bufanda modelo "de la abuela". Si llevamos huevos a las Clarisas y el tiempo es benévolo, quizás hayamos salvado el primer escollo.
Segundo lugar: el leit motiv de irse hasta Hoyos del Espino, escuchar un concierto. Entiendo que una cosa es amor y otra cosa aguantar tres horas escuchando a Loquillo (no sé si con o sin trogloditas) y a Deep Purple: grupo del que mi mujer no sólo sabe ni una sola letra, sino que en cuanto escuche los solos a la guitarra en Highway Star me dirá: "oye, ¿te importa si me voy a dormir?". Me intuyo que cuando llegue el magistral solo a la batería de Ian Paice en The mule, estará pensando en cómo escapar de semejante tortura. Lo más probable es que su única salida sea rezar para que Orange ofrezca cobertura digna y que la batería del móvil le dure lo suficiente para enviar mensajes por whatsapp a sus hermanas.
De modo que lo más coherente -conmigo y con ella- es acudir solito, disfrutar del tiempo serrano, bocata de panceta y mucho Smoke on the Water.
Dicho esto...¿Eduardo, a qué hora me recoges?
Y hete aquí que mi amigo Castillo me dibuja un plan fantástico: "Vete -Santi- con tu chica a Gredos, disfruta de su gastronomía y de su paisaje; y por la tarde, un gran concierto. Tu mujer te recordará de por vida que la hayas llevado a un concierto de esta categoría". Eduardo, querido amigo: gracias. Efectivamente ella me lo recordará, de por vida (te lo aseguro); pero no por la oportunidad de ver en directo a una gran banda, sino por llevarla al lugar más frío de España a escuchar a un grupo con el que ni siente ni padece.
¿Robby Krieger o Freddy Krueger? |
Bueno, que me despisto... El caso es que cuando le he comentado a mi santa la posibilidad de ir al concierto nos hemos tronchado de risa. Os explicamos por qué.
De entrada, para ir a esa zona de Gredos (que ya conocemos) mi mujer tendría que ir con pantalones de pana, camisa de felpa, jersey de cuello vuelto,el plumas, manoplas y bufanda modelo "de la abuela". Si llevamos huevos a las Clarisas y el tiempo es benévolo, quizás hayamos salvado el primer escollo.
Segundo lugar: el leit motiv de irse hasta Hoyos del Espino, escuchar un concierto. Entiendo que una cosa es amor y otra cosa aguantar tres horas escuchando a Loquillo (no sé si con o sin trogloditas) y a Deep Purple: grupo del que mi mujer no sólo sabe ni una sola letra, sino que en cuanto escuche los solos a la guitarra en Highway Star me dirá: "oye, ¿te importa si me voy a dormir?". Me intuyo que cuando llegue el magistral solo a la batería de Ian Paice en The mule, estará pensando en cómo escapar de semejante tortura. Lo más probable es que su única salida sea rezar para que Orange ofrezca cobertura digna y que la batería del móvil le dure lo suficiente para enviar mensajes por whatsapp a sus hermanas.
De modo que lo más coherente -conmigo y con ella- es acudir solito, disfrutar del tiempo serrano, bocata de panceta y mucho Smoke on the Water.
Dicho esto...¿Eduardo, a qué hora me recoges?
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