martes, 20 de marzo de 2012

¿Y SI ME PONGO DE AUTÓNOMO?

Hace poco leía en la prensa que mientras el número de parados crecía día a día, la cifra que aumenta considerablemente es la de los autónomos. El problema de estos cientos de personas que se lanzan a crear un proyecto es que muchos surgen de la desesperación.
 
En esa cola del INEM ya estuve yo hace 5 años -y volví en otras dos ocasiones  hasta hace año y medio- y, en algún momento, cuando te encuentras que no eres más que un número, piensas en dar ese cambio radical a tu existencia, tirar por la calle de en medio y lanzarte a la aventura de ser empresario. Imagino que el ratio de éxito debe ser ínfimo porque, en caso contrario, millones de personas ya se hubieran decantado por la experiencia. El motivo principal por el que casi todas estas experiencias fracasan se debe, bajo mi parecer, a que surge por una mezcla de sentimientos poco propicios: rabia, prepotencia, ignorancia...desesperación. Y claro, con estos ingredientes, lo más normal es que el proyecto fracase y sólo sirva para liquidar el exiguo capital con el que contábamos.
 
Muchas veces se opta por una línea de continuación e intentamos desarrollar el trabajo en el mismo sector en el que estábamos. La ventaja: podemos conocer más o menos bien dicho sector. La desventaja: una lucha titánica entre David y Goliat (tú eres Goliat) y donde David es tu ex empresa y todas las restantes. Aquí se hace imprescindible que tu nombre suene lo suficiente y tenga cierto prestigio: De lo contrario, será como salir a navegar en el Atlántico con una Zodiac a remos.
 
Otra opción es hacer un examen de la situación y probar con algún negocio que consideres su viabilidad. Deberás ser 100% exigente y ver tanto tus debilidades como fortalezas; vislumbrar las oportunidades que se puedan abrir así como las amenazas que te surgirán, tanto de tu competencia como de tu inexperiencia en un sector/industria novedoso. Como fortaleza, entrarás en un sector donde no arrastrarás vicios. La debilidad se une con las amenazas: la feroz competencia. El que haya leído hasta aquí, le sonará sí o sí la importancia de efectuar un buen análisis DAFO para saber ubicar tu negocio.
 
Luego hay quienes unen sus hobbies con su trabajo. Posiblemente sean las personas más motivadas puesto que van al trabajo como quien va al cine, van a hacer lo que les gusta. Como es obvio, hay sectores industriales donde no se puede materializar muy bien esta premisa. Al que le guste el tema de las finanzas, le resultará un poco difícil montar un banco, por pequeño que sea. Pero le será fácil -quizá- abrir una consultora fiscal/laboral y ofrecer servicios con alto valor añadido, donde podrá competir en precio -sobre todo- en los sectores donde se haya podido especializar previamente.
 
Y el lugar por donde nos enteramos de que Pepito se ha puesto por cuenta propia es en linkedin. Hasta hace poco uno ¿contaba? su experiencia profesional. Ahora, echas un vistazo y verás Owners, CEOs, Founders y Entrepeneurs a patadas. Vamos, que te han despedido y pones Entrepeneur (emprendedor,empresario...lo que pasa es que suena mejor siempre ponerlo en otro idioma. Si es que hasta para esos somos tontos) a ver si así suena la flauta...¿Pero qué flauta?


Lo que hay que hacer es trabajar, tener las ideas muy claras, saber qué queremos hacer y presentar un plan de negocio realista en el corto plazo. Analizar hasta lo más mínimo los pros y los contras. Buscar la financiación necesaria (sin pasarse). Y lanzarse. Y posiblemente darse un batacazo. Eso significa que vas por el buen camino, porque sólo el que se equivoca aprende. Os dejo una cita de Henry Ford muy ilustrativa: "El fracaso es la oportunidad de empezar de nuevo, pero más inteligentemente". Mucha suerte.

2 comentarios:

  1. med quedo de momento intentando ser asalariado.
    demasiado riesgo para mi tierno corazón.
    nieves

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  2. Añadiríamos la constancia! vital en todo emprendedor, y por supuesto, la promoción del negocio, a través de www.InfoLasRozas.com ;)

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